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Leonardo da Vinci

Leonardo di Ser Piero da Vinci, fue un arquitecto, escultor, pintor, inventor e ingeniero.
Nació el 15 de abril de 1452. Hay dudas sobre el lugar donde nació, para algunos historiadores su cuna fue un caserío de Anchiano, un municipio de Vinci, y para otros fue el pueblo de Vinci, situado en la ribera derecha del Arco, cerca de los montes Albanos, entre Florencia y Pisa.

Es hijo natural del notario Ser Piero de Vinci y de una campesina, Caterina (que se casó poco después con un artesano de la región). El mismo año de su nacimiento, el padre también se casa con una joven de noble familia, Albiera di Giovanni Amadori.

Fue criado en la casa de su abuelo paterno. Más tarde, sus padres tuvieron hijos, cada uno en su respectivo matrimonio, lo que le dio a Da Vinci un total de 17 medios hermanos y hermanas.

Tanto Leonardo como su padre se mudaron a Florencia, donde el jóven recibió la más exquisita educación que la ciudad podía ofrecer. Tuvo acceso a valiosos libros de la biblioteca familiar y de amigos de su padre.

Su enorme curiosidad se manifestó tempranamente, dibujando animales mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda observación del entorno natural en el que creció.
Sus primeros bocetos eran de tal calidad que tan pronto su padre los mostró al pintor Andrea del Verrochio, éste tómo al joven de catorce años como aprendiz de su taller, ya frecuentado por futuros artistas de la talla de Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y Lorenzo di Credi.

Su preocupación por la calidad y su interés en expresar la movilidad vital de la figura humana fueron elementos importantes en la formación artística de Leonardo, quien se inició en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas, hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce.

También estudio la anatomía humana, participando en la disección de cadáveres de criminales en la facultad médica. Entonces no existían la refrigeración o la conservación con formol y los cuerpos se descomponían muy rápido, por lo que Leonardo trabajaba velozmente, realizando observaciones y apuntes. Sus estudios de anatomía le permitieron conocer las proporciones físicas de las personas, logrando figuras de asombrosa exactitud al representar la figura humana.

El 8 de abril de 1476 se presentó una denuncia anónima contra diversas personas, por sodomía consumada con el diecisieteañero Jacopo Saltarelli. Aunque había cierta tolerancia hacia la homosexualidad en la Florencia de la época, la pena prevista en estos casos era severísima, directamente morir quemado. Además de Leonardo, entre los otros acusados estaban Bartolomeo di Pasquino y sobre todo Leonardo Tornabuoni, joven vástago de la potentísima familia florentina de los Tornabuoni, emparentada con los Médicis. Según algunos estudiosos fue la implicación de este último lo que jugó a favor de los acusados. El 7 de junio, la denuncia se archivó y los imputados fueron todos absueltos.

Finalizada la etapa de su formación, Leonardo formó parte del gremio de pintores de Florencia. A los 20 años ya era maestro independiente, aunque permaneció como asistente en el taller de Verrocchio hasta 1477.
Su gran imaginación creativa y la temprana maestría de su pincel, no tardaron en superar a las de su maestro: en el Bautismo de Cristo, por ejemplo, donde un dinámico e inspirado ángel pintado por Leonardo contrasta con la brusquedad del Bautista hecho por Verrocchio.
El jóven discípulo utilizaba allí por primera vez una novedosa técnica recién llegada de los Países Bajos: la pintura al óleo, que permitía una mayor blandura en el trazo y una más profunda penetración en la tela.

Su primer encargo, un retablo para la capilla del Palazzo Vecchio, del ayuntamiento florentino, no llegó a ejecutarse. Su primera gran obra, La adoración de los Magos, que dejó inacabada, se la encargaron los monjes de San Donato de Scopeto, cerca de Florencia, hacia 1481. Otras obras de su etapa de juventud son la denominada Madonna Benois (c. 1478, Ermitage, San Petersburgo), el retrato de Ginebra de Benci (c. 1474, Galería Nacional, Washington) y el inacabado San Jerónimo (c. 1481, Pinoteca Vaticana).

A la edad de 30 años, se trasladó a Milán, donde entro al servicio de Ludovino Sforza, duque de Milán y embajador de Florencia. Leonardo había escrito una carta al duque en la que ofrecía sus servicios como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero, inventor e hidráulico por medio de una carta que el mismo escribió donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía técnicas para realizar bombardeos y el cañón, que podía realizar barcos y vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra asi como realizar esculturas en mármol, bronce y terracota.
En Milán se quedaría 17 años. Fue su período de pleno desarrollo, siguiendo las bases matemáticas fijadas por León Bautista Alberti y Piero della Francesca, Leonardo comenzó sus apuntes para la formulación de una ciencia de la pintura, al tiempo que se ejercitaba en la ejecución y fabricación de laúdes.

Su obra más importante del periódo milanés son las dos versiones de "Virgen de las Rocas", donde aplica el esquema de composición triangular que encierra a la Virgen, el Niño, San Juan y el Ángel, y por otro lado, utiliza por primera vez la técnica del sfumato.
A su vez, inició en 1495 en su obra maestra "La Última Cena", en el refectorio de Santa Maria delle Grazie y las decoraciones de las estancias en el Castillo Sforzesco que interrumpió en 1496.
En 1497 el duque de Milán solicitó al artista que concluyera la "Última Cena", que terminó, probablemente, a finales de año.

Ahora bien, su mayor encargo fue el monumento ecuestre en bronce a tamaño colosal de Francesco Sforza, padre de Ludovico, para su ubicación en el patio del castillo Sforzesco, en la que Leonardo trabajó durante 16 años.

En marzo de 1499 consta que estaba en Génova junto a Ludovico, sobre el cual se ceñía la tempestad de la guerra que él mismo había contribuido a provocar; mientras Ludovico estaba en Innsbruck, buscando en vano hacerse aliado del emperador Maximiliano, Luis XII conquistó Milán el 6 de octubre de 1499. Leonardo se encontró una mañana con que los arqueros franceses estaban usando su modelo de arcilla a escala real del caballo de la estatua ecuestre de Francisco Sforza como blanco de práctica para el tiro. El 14 de diciembreLeonardo hizo depositar 600 florines en el Hospital de Santa María Nuova de Florencia, que actuaba como banca y abandonó Milán con su asistente Salaino y el matemático Luca Pacioli.

Viajó a Mantua, Venecia y finalmente alcanzó Florencia y comienza a desempeñarse como ingeniero militar. No obstante, también continuó sus estudios en anatomía realizando múltiples disecciones, mejorando y perfeccionándose.

En 1501 viajó un año a Roma y entró al servicio de César Borgia, hijo del Papa Alejandro Sexto. En este lugar  realizo trabajos como arquitecto e ingeniero mayor de Borgia. En este sentido,  Leonardo supervisó las obras en las fortalezas de los territorios papales del centro de Italia, viajó con su ejército y diseñó un puente para cruzar el golfo de Estambul (que no llegó a construirse) pero que hoy en día es considerado perfectamente viable por los ingenieros modernos.  

En 1503 Leonardo vuelve a Florencia, que por entonces se encontraba en guerra con Pisa y concibió allí su genial proyecto de desviar el río Arno por detrás de la ciudad enemiga cercándola y contemplando la construcción de un canal como vía navegable que comunicase Florencia con el mar.

En ese mismo año, recibió el encargo de pintar un gran mural en el palacio Viejo; la nobleza florentina quería inmortalizar algunas escenas históricas de su gloria. Leonardo trabajo tres años en "La batalla de Angheri", que quedaría inconclusa y sería luego desprendida por su deterioro. Importante por los bocetos y copias, éstas admirarían a Rafael .

También sólo en copias sobrevivió otra gran obra de este periodo: Leda y el cisne. Sin embargo, la cumbre de esta etapa florentina fue el retrato de Mona Lisa, también conocida como "La Gioconda", Leonardo logró plasmar un gesto entre lo fugaz y lo perenne: la enigmática sonrisa de la Gioconda es uno de los capítulos más admirados, comentados e imitados de la historia del arte.

En 1506 Leonardo volvió por segunda vez a Milán, De nuevo su trabajo científico tomó prioridad sobre sus pinturas y se implicó en hidrodinámica, anatomía, mecánica, matemática y óptica.
En 1508 está en Florencia, pero después regresa a Milán, ocupándose entre otros proyectos de una estatua ecuestre en honor de Gian Giacomo Trivulzio - en septiembre de 1508 habitando en la zona de la iglesia de San Babila.

El nuevo hombre fuerte de Milán era entonces Gian Giacomo Tivulzio, quien pretendía retomar para sí el monumental proyecto del «gran caballo», convirtiéndolo en una estatua funeraria para su propia tumba en la capilla de San Nazaro Magiore; pero tampoco esta vez el monumento ecuestre pasó de los bocetos, lo que supuso para Leonardo su segunda frustración como escultor. En 1513 una nueva situación de inestabilidad política lo empujó a abandonar Milán.

Partió de Milán con dirección a Roma el 24 de septiembre de 1513. Se alojó en el Vaticano, bajo la protección de Guliano II de Médicis, hermano del papa León X, ocupándose fundamentalmente de experimentos científicos y técnicos. La única prohibición que le impuso el Papa para sus estudios en anatomía y fisiología humana fue disecar cadáveres.

En la Ciudad Eterna trabajaban en aquella época pintores como Rafael o Miguel Ángel, del cual estaba separado por una antigua enemistad.

En 1516, muerto su protector Guliano II de Médicis, Leonardo dejó Italia definitivamente y aceptó la invitación del Rey Francisco I de Francia, donde se desempeñaría como "Primer Pintor, Ingeniero y Arquitecto del Reino", dedicándose también a realizar estudios arquitectónicos para los castillos reales.
El rey de Francia era un incondicional admirador de Leonardo, quien había diseñado para su coronación un asombroso León mecánico, por lo que le proporcionó todas las comididades y lujos.

Fatigado y concentrado en la redacción de sus últimas páginas para su trabajo sobre la pintura, pintó poco aunque todavía ejecutó extraordinarios dibujos sobre temas bíblicos y apocalípticos. Alcanzó a completar el ambiguo San Juan Bautista, un andrógino duende que desborda gracia, sensualidad y misterio.

A partir de 1517 su salud, hasta entonces inquebrantable, comenzó a desmejorar. Su brazo derecho quedó paralizado; pero con su incansable mano izquierda Leonardo aún hizo bocetos de proyectos urbanísticos, de drenajes de ríos y hasta decorados para las fiestas palaciegas.
Sólo por las tres telas que eligió para que lo acompañasen en su última etapa, la Gioconda, el San Juan y Santa Ana, la Virgen y el Niño, puede decirse que Leonardo poseía entonces uno de los grandes tesoros de su tiempo.

En sus últimos años vivió en el castillo de Cloux, donde murió el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, en brazos del propio Rey de Francia.

Como suele suceder con los grandes genios, se han tejido en torno a su muerte algunas leyendas; una de ellas, inspirada por Vasari, pretende que Leonardo, arrepentido de no haber llevado una existencia regido por las leyes de la Iglesia, se confesó largamente y, con sus últimas fuerzas, se incorporó del lecho mortuorio para recibir antes de expirar, los sacramentos. Fue enterrado en la Iglesia de San Valentín en Amboise.

En su testamento, legó todos sus manuscritos, dibujos, instrumentos, libros, ropa y dinero a su alumno favorito, Francesco Melzi. A otro discípulo, Salai, le dejó las pinturas que conservaba en su estudio, incluyendo la "Mona Lisa", que posteriormente fue comprada por el Rey Francisco I en doce mil francos.

Al cabo de los años, se consiguió una edición provisional, desordenada, sin coherencia, pero que progresivamente se trató de completar para dar una orientación general de las ideas que ocuparon a Leonardo toda su vida: la pintura, la arquitectura, el cuerpo humano y la botánica.

Actualmente, los dibujos y manuscritos de Leonardo están divididos en diez diferentes códices, que se conservan en distintos museos de Londres, Milán, Turín, París y Madrid, así como uno en la colección particular del magnate Bill Gates, por el cual pagó recientemente 30 millones de dólares.

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